De fibras ópticas a cables submarinos: El fascinante mundo de cómo funciona la conectividad global
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Continuamos con nuestras 5 curiosidades que te ayudarán a entender el maravilloso mundo del internet, el acceso al mismo, y cómo llega a nuestros hogares u oficina:
3.- ¿En qué lugares (donde no creerías) existe acceso a internet?
Existe un enorme elenco de lugares desolados, no muy conocidos, o de difícil acceso a los que podríamos dedicar en sí un post entero, pero nos limitaremos a nombrar 5 de ellos, y el nivel de acceso a internet con el que cuentan:
- Zaruma: Este pequeño poblado en la costa ecuatoriana tiene el récord de ser uno de los pueblos más antiguos del Ecuador, y su fama viene de su legado cafetero y minas de oro. El acceso a internet en Zaruma es amplio, en especial desde 2019 cuando la provincia entera de El Oro abrió camino al internet satelital fijo, con varios proveedores de banda ancha satelital y de fibra óptica.
- Islas Tristán de Acuña: Este archipiélago británico de varias islas está ubicado en el Atlántico Sur. El acceso a Internet estuvo disponible en Tristán da Acuña de 1998 a 2006, pero su alto costo lo hizo casi inasequible para la población local, que lo usaba principalmente sólo para enviar correo electrónico. Desde 2006, un terminal de muy pequeña apertura ha proporcionado 3072 kbit/seg. de ancho de banda de acceso público a través de un cibercafé. Estas islas aún no tienen cobertura de telefonía móvil.
- Isla de Pascua: Debido a la gran afluencia turística de la Isla de Pascua en el Pacífico, el gobierno chileno ha hecho grandes esfuerzos por mantener conectada a locales y turistas. Desde el 2016, la Subsecretaría de Telecomunicaciones de Chile, puso en marcha una red WiFi pública conocida como WiFi ChileGob, de la que goza acceso la Isla de Pascua.
- Villa las Estrellas: Esta isla al sur de Chile pertenece a la zona antártica. Esta pequeña aldea militar cuenta con acceso muy limitado a internet, al contar con tan solo 3 computadoras en la base militar con acceso al mundo web.
- La Rinconada: Ubicada a 5,100 metros sobre el nivel del mar, esta aldea peruana es el poblado más alto del mundo. A pesar de su altitud y difícil acceso, las principales operadoras de Perú están presentes como Movistar y Claro, e inclusive cuentan con parques con acceso gratuito a la red Wi-Fi.
4.-¿Qué pasaría si el internet dejase de funcionar por un día?
Como ya vimos en la pregunta 2 de este apartado, somos cerca de 4,000 millones de personas que usamos el internet hoy en día, o en porcentajes, el 51% de los habitantes. Dejar sin conexión a un número tan grande de personas, muchos de los cuales, dependen al 100% en su trabajo, estudios, o actividades diarias en general parecería catastrófico, pero ¿de verdad sería posible?
En teoría sí es posible que el mundo entero, o al menos todo un país, se quede sin internet por un tiempo, pero para que suceda, deben cumplirse los siguientes escenarios:
- Si ocurriese un ciberataque orquestado por hackers que introduzcan un software maligno que afecte los routers centrales, y así el tráfico de datos quedaría bloqueado. O a su vez si alguien corta los cables que permiten el tráfico de datos entre continentes, aunque materializarlo resultaría muy complicado por la profundidad a la cual se encuentran. Lo que sí es factible es una avería accidental, como ocurrió en el 2008, cuando zonas en India, Medio Oriente y el Sudeste Asiático quedaron desconectadas.
- Cuando un gobierno decide dejar a su población sin acceso a internet, lo cual es cada vez menos probable debido al número de conexiones existentes fuera de las fronteras de un país, en especial en las naciones más globalizadas. Sin embargo, para efectuarlo se necesitaría de muchos esfuerzos para que los cables centrales queden apagados dentro de todo un país. Un ejemplo sucedió en el año 2011 en Egipto, cuando su gobierno apagó el internet durante las protestas de la Primavera Árabe con el fin de frenar las manifestaciones al complicar la coordinación del movimiento en las calles.
- Si una tormenta solar avería los satélites de telecomunicación en órbita sería sin duda el escenario más catastrófico, ya que tomaría un mayor tiempo en restituir y medir los daños, y sucedería de manera inmediata. Sin embargo, ante todos estos escenarios existe una solución que tarde o temprano llegaría, pero dejaría al mundo en un limbo digital por un tiempo.
Conocidas las causas, si vamos con los efectos, el primer impacto que se nos viene a la mente es el económico. Antes de los tiempos actuales de pandemia, se estimaba que el impacto no sería tan severo como se imaginaba, pero hoy en día se necesitaría un estudio actualizado que se aproxime a la cifra actual de empresas, industrias, y personas que dependen al 100% por ciento del teletrabajo y han pasado de presencial a remoto de forma indefinida.
A nivel mundial el pánico sería enorme por la ausencia de redes sociales y sistemas web de mensajería instantánea como WhatsApp o Telegram. Las industrias más afectadas sin duda son aquellas que dependen más de comunicaciones inmediatas a nivel transnacional, o inclusive de ciudad a ciudad. Y en sus operaciones, las empresas que pertenecen a los siguientes sectores, serían los más afectados: telecomunicación, desarrollo y venta de software, gadgets y wearables tecnológicos, internet de las cosas, centros de datos, proveedores de servicios digitales, aplicativos móviles, y facilitadores de conectividad.
5.-¿Cómo viaja el internet a través de los océanos?
Como vemos en esta captura tomada de una animación interactiva del periódico New York Times, que ilustra la proliferación de los cables submarinos, y en sí la evolución del internet en los últimos 31 años, se demuestra aquí que el internet y los datos no están en la nube digital como muchos asumimos, sino en los océanos. De Guayaquil a Los Ángeles, de Santiago a Beijing, de Río de Janeiro a Londres, la información viaja gracias a estos cables interconectados de océano a océano en cuestión de segundos.
Más de 1,2 millones de kilómetros de cable submarino de internet ya se encuentra en conexión intercontinental, con lo cual satisfacemos nuestra demanda cada vez más grande de comunicación, entretenimiento, y almacenamiento de datos. Si bien la mayoría de nosotros hoy en día experimentamos Internet a través de Wi-Fi y planes móviles de datos telefónicos, esos sistemas al final se conectan con cables físicos que transportan rápidamente la información a través de continentes por los océanos.
En el proceso de fabricación, los cables se mueven a través de molinos de alta velocidad del tamaño de motores a reacción, envolviendo el cable en una carcasa de cobre que transporta electricidad a través de la línea de cableado para mantener los datos en movimiento. Dependiendo de dónde se ubicará el cable, más adelante se agrega plástico, acero y alquitrán para ayudarlo a resistir entornos oceánicos impredecibles. Cuando termine, los cables tendrán el tamaño de una gruesa manguera de bomberos. Cada cable tiene una duración estimada de 25 años.
Si bien se han inventado nuevas tecnologías inalámbricas y por satélite desde la era de la comunicación, los cables siguen siendo la forma más rápida, eficiente y económica de enviar información a través del océano. En los últimos 25 años, las empresas de telecomunicaciones han tendido la mayor parte del cable, pero durante la última década, los gigantes tecnológicos comenzaron a tomar más control. Google ha respaldado al menos 14 cables a nivel mundial. Amazon, Facebook y Microsoft han invertido en otros, conectando centros de datos en América del Norte, América del Sur, Asia, Europa y África, mientras que Huawei está por construir el primer cable de datos submarino que conecta Asia y América Latina, a través del proyecto que une a Chile y China con una red de cableado que espera abastecer a toda la región con tecnología 5G.
La demanda de cables submarinos solo crecerá a medida que más empresas confíen en los servicios de computación en la nube. Y la tecnología que se espera en los próximos 10 años, debe respaldar los avances de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial o la realidad virtual, las cuales requerirán velocidades todavía más altas de datos. Más áreas que no tenían Internet ahora están obteniendo acceso, y tal y como lo mencionamos al inicio de este blog, más de la mitad de la población mundial ya está navegando en línea gracias al internet.
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