Una ciudad inteligente (smart city por su nombre en inglés) utiliza tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para mejorar la eficiencia operativa, compartir información con el público y brindar una mejor calidad de servicio gubernamental, bienestar ciudadano, y en sí facilitar un entorno operativo amigable con las entidades públicas y privadas que se encuentran dentro de la misma ciudad.
El objetivo principal de una ciudad inteligente es optimizar las funciones de la ciudad y promover el crecimiento económico, al mismo tiempo que mejora la calidad de vida de los ciudadanos mediante el uso de tecnologías inteligentes y análisis de datos. El valor radica en cómo se utiliza esta tecnología y no simplemente en la cantidad de tecnología disponible.
Últimamente en prensa y medios de comunicación se ha hablado mucho de las ciudades inteligentes, pero ¿sabes cuáles son? ¿Qué define a una ciudad inteligente y la diferencia de una ciudad normal?
En términos generales, una ciudad inteligente utiliza estos recursos tecnológicos para brindar servicios y resolver los problemas de la ciudad tales como mejorar el transporte y la accesibilidad, mejorar los servicios sociales, promover la sostenibilidad y dar voz a sus ciudadanos. Y aunque el término «ciudades inteligentes» es nuevo, la idea no lo es. Las antiguas ciudades romanas en realidad utilizaron elementos del concepto, como el uso de la tecnología para facilitar la vida de sus ciudadanos. Los acueductos y los sistemas de drenaje de agua son solo dos formas en que lo hicieron.
Los principales objetivos de una ciudad inteligente son mejorar la eficiencia de las políticas, reducir el desperdicio y las molestias, mejorar la calidad social y económica y maximizar la inclusión social mediante la conectividad con los recursos del siglo XXI como el acceso a internet de alta velocidad como un recurso universal, o aplicacions en bienes de beneficio público de nuevas tecnologías como el internet de las cosas o el 5G.
Historia de las Ciudades Inteligentes
El concepto de ciudades inteligentes se remonta a las décadas de 1960 y 1970, cuando la Oficina de Análisis Comunitario de EE. UU. Comenzó a utilizar bases de datos, fotografías aéreas y análisis de conglomerados para recopilar datos, dirigir recursos y emitir informes con el fin de orientar los servicios, mitigar los desastres y reducir la pobreza. . Esto llevó a la creación de la primera generación de ciudades inteligentes.
La primera generación de ciudad inteligente fue entregada por proveedores de tecnología para comprender las implicaciones de la tecnología en la vida diaria. Esto llevó a la segunda generación de ciudad inteligente, que analizó cómo las tecnologías inteligentes y otras innovaciones podrían crear soluciones municipales conjuntas. La tercera generación de ciudad inteligente le quitó el control a los proveedores de tecnología y a los líderes de la ciudad, creando en cambio un modelo que involucró al público y permitió la inclusión social y el compromiso de la comunidad.
Este modelo de tercera generación fue adoptado por Vienna, quien creó una asociación con la compañía local Wien Energy, permitiendo a los ciudadanos invertir en plantas solares locales y trabajar con el público para resolver problemas de igualdad de género y viviendas asequibles. Dicha adopción ha continuado en todo el mundo como es el caso de Vancouver, donde 30.000 ciudadanos crearon conjuntamente el Plan de acción 2020 de la ciudad más verde de Vancouver.
¿Cómo optimizan las ciudades inteligentes los recursos para sus ciudadanos?
Para entender qué es una ciudad inteligente, es importante saber que «inteligente» en este contexto no se refiere a una característica que define la ciudad, sino a un conjunto de herramientas que forman parte de un sistema en marcha para optimizarlo. El término «Inteligente» enfatiza la capacidad de la ciudad para crear bienestar para sus ciudadanos, pero no se trata solo de cómo los ciudadanos se benefician de los servicios que les brinda el gobierno, municipio o entidad pública competente. Un elemento clave de una ciudad inteligente es la valoración de la participación ciudadana, la cual se centra en la idea de que los ciudadanos crean la ciudad y no al revés.
Las ciudades utilizan esta herramienta para recopilar datos en tiempo real sobre cualquier tema, incluido el tráfico, la satisfacción de los ciudadanos con los servicios públicos, la velocidad de atención para recibir un servicio y más. Con esta información, las autoridades pueden actuar de inmediato para resolver casi cualquier problema para sus ciudadanos. Algunas de las aplicaciones y software más conocidos de esta herramienta incluyen sensores en las calles que identifican lugares de estacionamiento vacíos y atascos de tráfico, sistemas de colas inteligentes que le permiten hacer cola de forma remota o reservar citas con anticipación, o sensores que pueden reducir la cantidad de iluminación en las calles cuando no hay gente alrededor.
Además, las ciudades inteligentes utilizan estas herramientas para recopilar datos en tiempo real sobre todo tipo de cosas, incluido el tráfico, la calidad del aire y del agua y la radiación solar. Con esta información, las autoridades competentes puede actuar de inmediato para resolver casi cualquier problema. Algunas de las aplicaciones más conocidas incluyen la instalación de sensores en las calles que identifican cosas como lugares de estacionamiento vacíos y atascos de tráfico, estiman cuánto tardará en llegar el próximo autobús y miden la calidad del aire y el agua.
Para utilizar estos datos, los entes públicos a cargo de su implementación necesitan una forma de organizar toda la información de una manera útil y procesable. Es por eso que un internet de alta calidad y velocidad se convierte en el aire que respiran las ciudades inteligentes para su correcto funcionamiento.
Citando ejemplos prácticos de ciudades que han alcanzado este status tenemos a Barcelona, la cual creó una nueva red de autobuses inteligentes utilizando datos sobre cómo los pasajeros usaban realmente el transporte público. Esta nueva red es más eficiente y brinda al 95% de los residentes de la ciudad acceso a un servicio de autobús de alto rendimiento. La nueva red de autobuses ofrece mejores y más frecuentes servicios. Las paradas de autobús también están bien conectadas con otras redes de transporte.
La ciudad también utiliza sensores GPS para mejorar los servicios médicos urgentes. Los semáforos detectan ambulancias y modifican su salida para que los servicios de emergencia puedan moverse por la ciudad lo más rápido posible sin crear situaciones peligrosas. Otra aplicación que ofrece a los barceloneses una forma de mejorar sus vidas a través de la tecnología es Bústia Ciutadana. Usando la aplicación, pueden enviar información sobre problemas como semáforos rotos o contenedores de basura en malas condiciones. De esa manera, las autoridades pueden enviar un equipo para solucionar el problema lo antes posible.
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