Industria 4.0 es el origen de una nueva revolución, la muy aclamada Cuarta Revolución Industrial, una fusión de técnicas de producción de vanguardia y sistemas inteligentes que se integran con organizaciones y personas. La cuarta revolución industrial identifica una nueva era en la que las industrias, impulsadas por la necesidad de competir en un mercado que se ha globalizado, encuentran en la innovación tecnológica la respuesta para seguir siendo eficientes, para mejorar la organización y calidad del trabajo, para reducir los costos de producción.
En el manifiesto de Industria 4.0 y Smart Manufacturing, aunque con diferentes matices, entre 2011 y 2012 se definieron por primera vez los principios y algunas políticas a largo plazo para implementar la digitalización del sector manufacturero, involucrando a empresas, centros de investigación, al igual que asociaciones de industrias clave en esta nueva revolución que está transformando a las sociedades del mundo.
La historia de la humanidad está marcada por las transformaciones y el progreso, pero la velocidad y los efectos de la revolución digital en curso demuestran ser tan únicos y disruptivos como nunca antes visto. La cuarta revolución industrial, que aprovecha la posibilidad de que millones de personas estén conectadas por dispositivos fijos y móviles, y promueve la adopción de un conjunto cada vez más amplio de tecnologías innovadoras cuya velocidad de desarrollo y difusión es cada vez mayor, está cambiando los mercados y los modelos de producción en todo el mundo.
A continuación haremos un recorrido a través de las tecnologías que impulsan este proceso y su avance de implementación y acelerada difusión.
¿Qué es en sí la Cuarta Revolución Industrial?
El concepto de Cuarta Revolución Industrial fue acuñado en 2016 por Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial, en un libro del mismo nombre. Tomando una citación de su libro: «La Cuarta Revolución Industrial crea un mundo en el que los sistemas de fabricación virtuales y físicos cooperan entre sí de forma flexible a nivel mundial». Sin embargo, la Cuarta Revolución Industrial no se trata solo de máquinas y sistemas inteligentes conectados entre sí, su alcance es mucho más amplio. Ocurren simultáneamente oleadas de nuevos avances en áreas que van desde la secuenciación de genes hasta la nanotecnología, desde las energías renovables hasta la computación cuántica. Es la fusión de estas tecnologías y su interacción a través de los dominios físico, digital y biológico lo que hace que la Cuarta Revolución Industrial sea fundamentalmente diferente de las revoluciones anteriores.
Si bien hoy en día no es posible predecir qué tecnologías prevalecerán en términos de difusión y consolidación, existe una clara evidencia de que la definición de un plan de transformación digital y su correcta implementación, independientemente de las tecnologías utilizadas, está teniendo un fuerte impacto en todas las empresas, al punto de modificar su posicionamiento estratégico. Desde el punto de vista tanto de la producción como de la distribución, la eficiencia de las actividades vitales de la empresa y, por lo tanto, la capacidad de dividirse entre el público y el mercado, depende cada vez más de la adopción de las tecnologías adecuadas.
Cuarta Revolución Industrial: ¿Cuándo Comienza y Por Qué?
Todos estudiamos la Primera Revolución Industrial en la escuela. En el que jugó un papel importante la máquina de vapor patentada por James Watt en 1769. La que significó la transición de una economía agrícola a una industrial. La Primera Revolución Industrial, en resumen, fue la transformación económica, tecnológica y social más revolucionaria que jamás haya visto el mundo. Más de dos siglos después, la Cuarta Revolución Industrial está causando un revuelo aún mayor.
Para analizar cómo hemos llegado a la Cuarta Revolución Industrial es una buena idea mirar hacia atrás a las tres revoluciones industriales anteriores, cómo cambiaron nuestras vidas y el mundo cuando ocurrieron. Echemos un vistazo rápido a cada una de ellas:
- Primera revolución industrial: Como lo mencionamos anteriormente, ocurrió a finales del siglo XVIII, en 1784, cuando se aprovechó el vapor para la producción mecánica. La invención del primer telar mecanizado supuso un hito en la historia de la humanidad.
- Segunda revolución industrial: En 1870, se introdujo por primera vez la producción en masa alimentada por la electricidad. Se inventó la línea de montaje y el sector industrial se aceleró exponencialmente.
- Tercera revolución industrial: En 1969, los avances en informática llevaron a la programación de máquinas, lo que abrió la puerta a la automatización progresiva.
La cuarta revolución industrial es posterior al advenimiento de Internet y está relacionada con la intuición de que cualquier dispositivo asociado a su identidad e integrado con redes de sensores puede programarse para interactuar o formar parte incluso de sistemas complejos a los que se puede acceder de forma remota.
Alrededor de 2014, la industria experimentó otro «cambio radical» con la aparición de fábricas inteligentes y la gestión de la producción en línea. Volviendo a Schwab y su libro La Cuarta Revolución Industrial, el economista alemán predijo lo que vendría: «Estamos al comienzo de una revolución que está cambiando fundamentalmente la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos». En su escala, alcance y complejidad, lo que consideró la Cuarta Revolución Industrial no se parece a nada que la humanidad haya experimentado antes. Y esto es por tres motivos en los que coinciden los expertos: su rapidez, alcance e impacto sin precedentes.
En síntesis, siguiendo la evolución industrial, desde la primera revolución registrada por la adopción de las máquinas de vapor, pasando por la segunda era industrial desencadenada por el uso de la electricidad, hasta la tercera revolución industrial ligada a la introducción de la electrónica y las tecnologías de la información en las líneas de producción, es fácil identificar en cada momento histórico un hecho que desencadena el efecto que impulsa estos cambios disruptivos. La cuarta revolución, la de la tecnología en cada aspecto de nuestras vidas está aquí, y no podemos quedarnos de brazos cruzados, o atrapados en el tiempo.
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